Con los audífonos de realidad virtual ya puestos, puedo escanear el terreno como un exterminador que busca cocteles.

Me muevo hacia los cielos pesados de Escocia. Mientras la música crece, dejo las Tierras Altas y voy hacia el sur a través de las ruidosas multitudes del distrito teatral de Covent Garden, en Londres.

Entre tanto, en el mundo físico del Hotel One Aldwych de Londres, el gerente del bar, un portugués llamado Pedro Paulo –nombrado el mejor bartender internacional en el Show de Bares de Lisboa, en el 2016– está ocupado mezclando un whisky Dalmore de 12 años, licor de cereza Merlet, puré de cerezas, jugo de pomelo, chocolate amargo y champaña Lallier.

Cuando el video de dos minutos comienza a llegar al final y me quito las gafas y los audífonos, The Origin me está esperando. Es el primer coctel de realidad virtual del mundo.

¿Virtual? ¿En serio?

Aclaremos algunas cosas.

El coctel The Origin es 100% real. Tiene base de whisky, extendida de manera deliciosa en un trago largo por la genial adición de champaña, lo que lo convierte en 130 mililitros de delicioso sabor dulce, ahumado, acerezado y con notas de chocolate. Se lo inventó Paulo, que ya tiene 12 años de experiencia en este mundo. Y él solo tiene 30 años.

Y si crees que un coctel de realidad virtual que vale 23 dólares suena como a un engaño, estás en lo correcto.

Es un jerez con un toque de madera ahumada, para ser precisos, sellado en una licorera de vidrio con el resto del coctel para que puedas aumentar tu placer con otro golpe de un sabor intenso.

“Así creo que debe disfrutarse un buen Scotch, en una pequeña licorera, con un buen vaso de whisky y un lindo pedazo de hielo”, dice Paulo.

‘Showtime’

¿Por qué complementar un coctel perfectamente decente con un espectáculo de jazz en este recorrido virtual por las Tierras Altas de Escocia?

Primero, porque hace parte parte del grupo de nuevas bebidas con las que todos cantamos y bailamos del menú Showtime del One Aldwych, dividido en sabores que son comedias ligeras, musicales burbujeantes, sátiras agudas y dramas impactantes.

Este es el distrito teatral, no lo olvides. Y la escena gastronómica de Londres siempre está hambrienta de emociones.

Pero la otra tendencia que explota muy bien el coctel The Origin es, como lo sugiere su nombre, la de la importancia de la procedencia, del lugar de origen.

The Origin es la sección detrás del escenario del menú Showtime, porque es una mirada detrás de las escenas sobre cómo se hace un coctel.

El recorrido de dos minutos por las Tierras Altas fue hecho en colaboración con el whisky Dalmore y es una detallada introducción al proceso de fabricación del whisky escocés.

Sin embargo, no hay historia sobre el origen de las cerezas, el chocolate, el pomelo y la champaña que también están en el coctel.

La otra decepción es que el video es estático, así que no es la experiencia de inmersión total que esperas, y llamarlo realidad virtual es un poco exagerado.

Nada nuevo

Claro, las comidas multisensoriales no son nada nuevas.

Heston Blumenthal, el ‘Willy Wonka de la neurogastronomía’, introdujo su plato Sonido del Mar en el 2007: un plato escultural de comida de mar, algas y ’arena’ de panko que venía con un iPod metido en una concha.

Y se espera que en unas semanas Jason Atherton lance lo que prometió será el primer coctel de realidad aumentada del mundo, en el menú de su restaurante con estrella Michelin, City Social, de Londres.

Como le dijo a CNN el emprendedor Seb Lyall, en abril pasado, quien acapara los titulares con su bar temático sobre Breaking Bad y un restaurante nudista, “la definición del lujo está cambiando para la gente joven”.

“Ya no se trata del mejor coctel o el mejor plato, sino de la experiencia”.

Pero lo mejor de la tendencia de los cocteles en el Hotel One Aldwych es la personalización. Cuando ordenas un One Fashioned, el bartender va hasta tu mesa y prepara el licor en frente tuyo, según lo que tú quieras.

¿Dulce? ¿Seco? ¿Balanceado? ¿Bourbon, tequila o ron? Tú escoges.

El coctel The Origin de realidad virtual es un truco basto y decepcionante, pero la atención con la que las bebidas y comidas del menú Showtime han sido investigadas y preparadas, no lo son.

En lugar de ese tiempo muerto en el que esperas por el trago que te quieres tomar en el bar, puedes estar sentado cómodamente, disfrutando de algo novedoso.

Esto no es una aventura de «Alicia en el país de las maravillas» en una realidad alternativa.

Pero una silla en primera fila y un coctel después del espectáculo en el distrito teatral por solo 23 dólares es mucho mejor que esperar la repetición de unos pocos cocteles.

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