No recuerdo mi vida sin que esa saga, de una forma u otra, formara parte de ella. Por eso mismo me pongo nervioso al volar a Londres, a la ciudad de Guilford, invitado por Electronic Arts para visitar sus instalaciones y probar lo que la saga creada por George Lucas tiene que decir sobre la realidad virtual. La perspectiva da vértigo. El mundo se está volviendo loco ante la idea de que todo es posible con las gafas de realidad virtual. El futuro ha dado un acelerón y nos ha cogido desprevenidos. DICE, desarrolladores de Star Wars battlefront, el último juego de la saga que estrena este mes de Diciembre su contenido exclusivo relacionado con la nueva cinta Rogue one. Una historia de Star wars (dirigida por Gareth Edwards), en colaboración con Criterion Games, nos presentan una demostración en exclusiva de lo que supone convertirse en un piloto rebelde.
He podido probar esta primera parte del nuevo contenido, que se compone de dos nuevos mapas, uno en el espacio y otro en el planeta Scarif, nuevo planeta de aspecto hawaiano que podremos ver en el cine. La experiencia se limita a un nuevo modo de juego y una misión en la que hacen su aparición dos héroes del film: Jyn Erso, interpretada por Felicity Jones, y Orson Krennic, interpretado por Ben Mendelsohn. En una sala llena de pantallas y consolas (Playstation 4 para más señas), con una estupenda iglesia gótica que podemos apreciar a través del ventanal, juego durante horas a la expansión. La experiencia es divertida, pero sigue faltando algo. Una historia detrás de los soldados que mueren, sin aparente motivo. Paul Keslin sonríe cuando le preguntamos por uno de los aspectos más criticados de su juego, la falta de una historia. “No puedo decir nada, pero hemos escuchado lo que los fans echan en falta en el juego y lo tenemos en cuenta. Ya hemos anunciado el próximo juego y tendrá grandes novedades. Nuestra filosofía es la de cuidar nuestros juegos durante toda su vida útil”.
La verdad es que el gran aliciente de este nuevo contenido, es la realidad virtual. Y es que cuando la maquinaria de Disney extiende sus redes, ataca por todos los flancos. Me llevan a una sala cuyas paredes presentan murales de mi querida saga. Vengo algo frío de la experiencia con el DLC, pero la perspectiva de ponerme a los mandos de un caza Ala-X me hace ponerme nervioso. Las gafas de Playstation VR me esperan en un cubículo habilitado para aislarme del resto del edificio.
Primero, fundido a negro.
Lo siguiente que veo es un imponente AT-AT, los gigantescos robots parecidos a diplodocus que vimos en El imperio contraataca, paseando frente a mí. Es tan real que estoy tentado de apartarme de sus poderosas patas, no vaya a terminar hecho papilla. Lo siguiente, es mi nave. Un Ala-X. Estoy frente a ella y puedo observarla desde diferentes puntos, subir y tocar todos los botones de la consola de mandos. Esto lo hago con el mando inalámbrico, pero bien podría estar alargando la mano y probando a accionar todos los conmutadores. La sensación visual y auditiva es apabullante. Uno de los botones hace que se extienda ese visor del que Luke terminó por prescindir al disparar contra el diminuto conducto de la Estrella de la Muerte. Una vez que estoy preparado, inicio la misión.
Ya he jugado unos cuantos de los caramelos que ofrece la realidad virtual, y a estas alturas, mi capacidad de sorpresa todavía se ve sobrepasada. Y menos mal. La Rogue one VR mission de Star wars battlefront es asombrosa. No solo recrea perfectamente las icónicas naves de la saga, sino que presenta un aspecto gráfico que quita el hipo. James Svensson nos explica: “trabajar con la realidad virtual supone pensar sobretodo en el casco. No trabajas en una pantalla de 2D, por lo que tienes que crear un software realmente estable. Tenemos unos artistas maravillosos y trabajar con ellos es genial. Han creado a partir del motor del juego, del escaneado de texturas reales, un ambiente muy realista y lleno de detalles que ayuda al jugador a verse metido en este mundo.”
Durante los primeros minutos, contemplo de cerca las naves que tan bien conozco. Reconozco la flota rebelde, que se alinea en posición para saltar a la luz. Me hablan los personajes de los otros cazas, el escuadrón Rojo. Saltamos a la velocidad de la luz y la sensación, aunque es simulada, aunque solo es visual, me agarra el estómago y me lanza hacia delante de alguna manera. Llegamos a la órbita de un planeta que puedo ver si giro la nave. Un planeta rodeado por un cinturón de asteroides por el que ahora se mueve mi escuadrón. Deberemos disparar a los asteroides más pequeños y esquivar los grandes. El nivel de realismo es asombroso; uno puede contemplar las nubes que se mueven en la atmósfera del planeta. “Todo el equipo ha utilizado Frostbite [motor gráfico desarrollado por EA Digitall Illusions] y gracias a él hemos podido desarrollar este escenario” dice Svensson. “Ya que DICE ha trabajado muy cerca de Lucasfilm y la producción del juego ha sido tan cuidada nosotros desde Criterion hemos podido aprovechar ese trabajo. Gareth Edwards [Director de la cinta Rogue One Una historia de Star Wars] ha podido jugar este nivel de realidad virtual y quedó muy impresionado.”
Tras un rato disparando asteroides, las fuerzas enemigas nos atacan. Las naves surgen de ninguna parte, y un superdestructor, como el que sobrecogiera al espectador en 1977 durante los primeros segundos de metraje, aparece sobre mi cabeza y me obliga a dirigir la nave hacia abajo. El control es fluido, sencillo, y no marea. La sensación de vértigo sube por mi pecho, pero es una sensación similar a lo que uno esperaría de estar pilotando una nave. Supongo. El cerebro es complemente engañado por esta tecnología. Comienza el combate y mis aliados gritan por mi intercomunicador: protege el carguero aliado. Me lanzo al ataque y elimino un par de cazas imperiales, que explotan con un realismo atroz. James Svensson no puede evitar reflejar el orgullo en su cara cuando le hablo de las experiencias que he experimentado gracias a su juego: “Ya que este era el primer juego en realidad virtual de Criterion, queríamos demostrar lo interesante que puede ser esta tecnología. Se pueden hacer cosas increíbles. Incluso sabiendo que solo dura unos veinte minutos, son veinte minutos muy intensos. Cada vez que juegas en realidad virtual, puedes repetir la experiencia tantas veces como quieras y seguirás descubriendo cosas nuevas, seguirá siendo divertida. Porque tú formas parte del juego. Tan solo la experiencia de sentirte en el espacio ya es muy intensa, mucho más que si lo ves en la televisión.”
Y es cierto. La experiencia en el espacio de Rogue one VR mission es capaz de dejarme sin aliento. Tras unos minutos de lucha, todo mi escuadrón está a salvo y saltamos a la velocidad de la luz para celebrar la victoria. Junto a nosotros, el planeta Yavin, con su rojo característico que reconozco del Episodio IV. No puedo evitar sentirme de nuevo como un niño, con apenas ocho años, sentado frente al sofá y viendo por primera vez en una cinta de VHS la saga que me ha acompañado toda mi vida. Ahora, me siento más parte de ella que nunca. James Svensson conoce esa sensación: “La realidad virtual es una tecnología completamente nueva y trabajar en ella es como empezar de cero otra vez. Es genial. Criterion está muy metida en esto y lo que hemos hecho nos ha definido. En el futuro sería genial volver a trabajar en Star Wars. También, definitivamente un Burnout VR sería algo posible. Si pudiera elegir, haría algo en realidad virtual sobre Cazafantasmas.” Las posibilidades parecen infinitas.
No sé si la realidad virtual será el futuro, pero sin duda es el presente. Un presente muy real.